¿Puede utilizarse la ozonoterapia para ayudar a tratar la IC/BPS?
De un vistazo:
Mi nombre es Dra. Mandy LaGreca, fundadora de IC Healer. Soy doctora licenciada en nutrición clínica (DCN), especialista en nutrición certificada (CNS) y practicante de nutrición de diagnóstico funcional (FDN-P). Todavía recuerdo este día como si fuera ayer, y sentí que mi vida se acababa. Me dijeron que tendría esta enfermedad para siempre. Mi viaje de 15 años con IC/BPS fue de tremendo dolor y sufrimiento, pero también se convirtió en una oportunidad para crecer y educarme para poder liberarme del estado de enfermedad y recuperar la homeostasis. Hoy, estoy en remisión de IC/BPS. He utilizado los principios de la medicina funcional y la nutrición personalizada para identificar mis causas fundamentales y descubrir oportunidades de curación de esta enfermedad debilitante. A través de este viaje, nació IC Healer.
IC Healer es una clínica online dedicada a ayudar a las personas con CI/DOLOR CRÓNICO a identificar su causa raíz mediante pruebas de laboratorio funcionales y un exhaustivo historial médico. A continuación, utilizamos los datos de las pruebas y una encuesta en profundidad para ayudar a las personas a identificar las oportunidades de curación para que puedan restaurar la homeostasis y, finalmente, resolver su dolor crónico. Puede visitarnos en www.ichealer.com para obtener más información sobre estos programas.
Nuestro estilo de vida moderno nos pone a todos en riesgo de desarrollar enfermedades crónicas
He tenido la suerte de contar con una plétora de mentores durante los últimos años que han moldeado mi forma de ver la salud y la armonía. Alcanzar la verdadera salud no es complicado, pero no es fácil en el mundo moderno. Los ingredientes básicos de la verdadera salud son muy sencillos: luz solar, agua, nutrientes y una buena bioquímica. Sin embargo, el mundo moderno consiste en pasar demasiado tiempo dentro de casa, exponerse a los CEM, a la luz azul, a los ordenadores y a los teléfonos móviles, hacer ejercicio inadecuado, comer alimentos de mala calidad, oxigenarse poco, no beber suficiente agua, descansar y recuperarse inadecuadamente, y trabajar y estresarse demasiado. Sí, es cierto, algunos de los lujos del mundo moderno (como la electrónica y la comida rápida) también son responsables del aumento explosivo de las enfermedades crónicas de hoy en día.
Todo esto conduce a una bioquímica que ha perdido el equilibrio. Y con esta pérdida de equilibrio, disminuye la función celular, aumenta la inflamación, se dañan los tejidos y pueden surgir enfermedades crónicas como las autoinmunes y el cáncer. Nuestro mundo moderno es un entorno perfecto para el desarrollo de enfermedades crónicas, y todos estamos en riesgo. Por lo tanto, es nuestro trabajo encontrar oportunidades para restablecer el equilibrio, y ahí es donde entra en juego el ozono.
La cistitis intersticial y el síndrome de dolor vesical (CI/SVD) es una enfermedad inflamatoria de la vejiga que afecta principalmente a las mujeres (Gaby, 2009). La CI/SVD se caracteriza por frecuencia urinaria, urgencia, micción dolorosa y dolor pélvico de más de 6 meses de duración. Sólo en Estados Unidos, más de un millón de personas padecen CI; puede afectar a hombres y mujeres de cualquier edad, y también a niños y adolescentes (Grover, Srivastava, Lee, Tewari y Te, 2011). La CI ha recibido diferentes nombres, por lo que a menudo puede oírse referirse a ella como síndrome de vejiga dolorosa (SVD) o síndrome de dolor vesical (SDV). La causa todavía se considera "idiopática" o de causa desconocida, aunque muchos factores como la infección, la autoinmunidad y la susceptibilidad genética podrían ser respuesta para la respuesta inflamatoria desencadenante.
La cistitis, o inflamación de la vejiga, tiene un efecto directo sobre la función vesical (Grover et al., 2011). El origen puede ser infeccioso o no infeccioso.
Los orígenes infecciosos incluyen muchas bacterias grampositivas y gramnegativas como (Grover et al., 2011):
Estudios recientes indican que no son las infecciones las que causan directamente la IC/BPS, como se pensaba antes. Sino que la inflamación que promueven las bacterias conducen indirectamente a la patología.
Otras posibles asociaciones con la CI incluyen:
Se ha confirmado el papel central de la inflamación tanto en estudios con humanos como con animales. La conclusión es que, independientemente de la causa exacta, si un estímulo nocivo persiste el tiempo suficiente, puede provocar una inflamación crónica. Y como resultado, tenemos una tormenta perfecta: un ciclo autorreforzante de inflamación persistente y lesiones recurrentes en el tejido de la vejiga (epitelio) (Sant et al, 2007).
El mundo se enfrenta a un resurgimiento de muertes por enfermedades infecciosas debido a organismos fácilmente despachables en los primeros tiempos de los antibióticos (Rowen, 2018). Nos enfrentamos a una crisis de resistencia a los antibióticos e infecciones crónicas, como las ITU crónicas y las infecciones por biopelículas asociadas a afecciones como la cistitis intersticial. Estamos descubriendo que estas infecciones crónicas no pueden erradicarse solo con antibióticos. Esto es debido a la rápida aparición de bacterias resistentes que se está produciendo en todo el mundo, y esto está afectando negativamente a la eficacia de los antibióticos. La evidencia indica que la ozonoterapia puede ser una "estrategia antimicrobiana novedosa" y practicada desde hace mucho tiempo que puede proporcionar el cambio médico alternativo que puede combatir la victoria de estos patógenos (Rowen, 2018).
El ozono es el oxidante natural más potente, producido en la naturaleza por la iluminación y la irradiación ultravioleta. Los médicos alemanes utilizaron el ozono para desinfectar heridas durante la Primera Guerra Mundial. Más tarde trataron la sangre, procedimiento que hoy conocemos como autohemoterapia. El ozono es directamente germicida, o eliminador de patógenos, y mata el 99% de las bacterias en pocos segundos y es 100X más eficaz que la lejía para matar bacterias (Rowen, 2018).
Una forma muy común de administración de ozono es la aplicación directa de gas intravenoso, que se ha utilizado durante décadas como tratamiento en Europa (Rowen, 2018). Esto se conoce como autohemoterapia mayor, y consiste en extraer cierta cantidad de sangre, ozonizarla y volver a añadir la mezcla por gravedad. Incluye aquí los beneficios para la IC/BPS
El gas ozono por sí solo también puede ser muy útil para las infecciones por biopelículas asociadas a la CI/BPS. Se sabe que el ozono atraviesa y destruye rápidamente las biopelículas. La actividad del ozono contra las biopelículas resistentes puede ser especialmente beneficiosa en circunstancias en las que los antibióticos suelen fallar (Rowen, 2018).
¿Cómo puede ayudar el ozono a la cistitis intersticial?
Así que, vayamos al grano, ¿cómo actúa el ozono en el organismo?
El ozono aumenta la cantidad de oxígeno en el cuerpo, lo que puede ayudar al organismo a curarse (Minkoff, s.f.):
El gas ozono por sí solo también puede ser muy útil para las infecciones por biopelículas asociadas a la CI/BPS. Se sabe que el ozono atraviesa y destruye rápidamente las biopelículas. Esta es una gran noticia para las personas que han estado lidiando con infecciones urinarias persistentes y biofilms.
El ozono también puede ser útil para promover la reparación tisular. La reparación tisular implica mecanismos bioquímicos y celulares progresivos en una secuencia compleja y se inicia en el momento del traumatismo o la enfermedad (Neri et al., 2017). Ante cualquier lesión, es a través de nuestros procesos naturales de reparación como el organismo se recupera y restablece su equilibrio. Desde el siglo pasado, se ha propuesto en la literatura el uso de la ozonoterapia porque es capaz de influir en la homeostasis de oxidorreducción. Se considera un tratamiento alternativo para muchas enfermedades agudas y crónicas (Neri et al., 2017).
Los seres humanos nos protegemos de las infecciones a través de nuestra primera línea de defensa, que son la piel y las mucosas, que funcionan como una barrera mecánica flexible. Cuando esta barrera se rompe, es necesario reparar el tejido conjuntivo y regenerar el epitelio. El ozono puede promover un intrigante proceso de curación que comienza inmediatamente después de la lesión (Neri et al., 2017) .
Según Neri et al (2017), todas las etapas de la reparación están coordinadas por factores de crecimiento y citoquinas específicas. El oxígeno se considera un agente fundamental en la reparación tisular. Muchos procesos del organismo son sensibles al equilibrio redox. Entre ellos se encuentran la hemostasia, la inflamación, la reepitelización, la vascularización y la actividad del óxido nítrico (Neri, 2017). Como resultado, la ozonoterapia en la concentración correcta puede actuar en el equilibrio redox para apoyar positivamente el tratamiento de las heridas. Cuando entra en contacto con fluidos orgánicos (en la concentración adecuada) como la saliva, el plasma, la orina y la linfa, el ozono interactúa poderosamente con todos los componentes tisulares. El ozono puede interactuar con ácidos grasos poliinsaturados, antioxidantes, cisteína, glutatión y albúmina, incluso con carbohidratos, enzimas, ácido desoxirribonucleico (ADN) y ácido ribonucleico (ARN) (Neri et al., 2017).
En 2000, Cardoso et al. observaron que el agua ozonizada puede atenuar la aparición y la gravedad de las úlceras gástricas, asà como el edema de las lesiones dérmicas inducidas. Señaló que también actúa como modulador del proceso inflamatorio mediante la inducción del estrés oxidativo. En un estudio realizado en 2005, los investigadores evaluaron a pacientes diabéticos adultos que presentaban úlceras en los pies localizadas en las extremidades del cuerpo. Observaron que en relación al grupo tratado con antibióticos, el grupo que recibió ozonoterapia mostró una disminución significativa de las lesiones (Martínez-Sánchez et al., 2005)
En dosis terapéuticas, la ozonoterapia puede actuar como un "choque terapéutico" no tóxico para el organismo. Esto se debe a que puede restablecer el equilibrio del estado redox mediante cambios en la respuesta fisiológica. Esta respuesta puede ser útil en el tratamiento de enfermedades metabólicas, inflamatorias, infecciosas y neoplásicas (Neri et al., 2017).
Durante el metabolismo normal, las células inmunitarias, como los osteoclastos, las plaquetas, los linfocitos, los neutrófilos, los monocitos y los fibroblastos, pueden inducir la formación de especies reactivas del oxígeno (ROS). Cuando hay sobreproducción de ROS, se produce estrés oxidativo, que es la causa de muchas enfermedades, como el cáncer y la autoinmunidad. El uso terapéutico del ozono puede promover un estrés oxidativo no tóxico, que en consecuencia induce modificaciones a nivel celular capaces de revertir otro estrés oxidativo preexistente.
En un estudio realizado por Re et al. en 2008, se comprobó que el ozono es capaz de promover el aumento y la preservación de los sistemas antioxidantes endógenos, promoviendo asà una precondición oxidativa. Resultados similares se encontraron en el estudio realizado por Gracer et al en 2005, en el que se describió que la aplicación de ozono en tejido inflamado puede favorecer la sÃntesis de matriz extracelular, asà como la proliferación celular y la normalización metabólica.
El ozono también puede ser útil para reequilibrar el microbioma intestinal. La disbiosis se define como una perturbación y alteración de la flora microbiana normal. La disbiosis intestinal puede provocar un conjunto de síntomas y enfermedades que afectan a órganos o sistemas alejados del intestino, entre ellos la vejiga. Está causada por el cambio funcional del revestimiento intestinal y la composición de la flora bacteriana. Algunos de los síntomas comunes incluyen mala digestión, hinchazón, estreñimiento y diarrea, mucosidad en las heces, cambios de humor, trastornos del sueño, candidiasis vaginal, halitosis, dolores de cabeza, intolerancias alimentarias, gastritis crónica y alergias, por nombrar algunos (Loprete & Vaiano, 2017).
En un estudio observacional realizado en 2017 por Loprete y Vaiano, estudiaron los efectos terapéuticos del agua ozonizada y la insuflación rectal en 34 pacientes que sufrían disbiosis intestinal. La justificación científica del uso del ozono se basó tanto en un efecto metabólico directo e indirecto, como en un efecto biológico. Desde el punto de vista metabólico, el ozono puede acelerar la utilización de glucosa por las células, aumentando la disponibilidad de ATP en las células y los tejidos. Puede haber alguna modificación del metabolismo de proteínas y ácidos grasos insaturados que también puede promover un terreno intestinal más saludable. Biológicamente, hay un efecto sistémico antibacteriano y antiviral. También hay pruebas de un mayor transporte de oxígeno a nivel de los glóbulos rojos. A través de los efectos del peróxido, puede haber beneficios en ayudar a aumentar las propias defensas del cuerpo contra los patógenos, sino también facilitar el metabolismo de los eritrocitos.
Los resultados del estudio fueron prometedores. Todos los participantes experimentaron una mejoría significativa desde el primer tratamiento, que se hizo aún más significativa con el paso del tiempo hasta el final del estudio. Basándose en los resultados del estudio, los autores concluyeron que la sinergia del enfoque debería considerarse un método fundamental en el tratamiento de la disbiosis intestinal en aquellos pacientes resistentes a otros tratamientos.
En mi práctica clínica, hago varias pruebas de laboratorio nutricionales y funcionales para identificar desequilibrios en la bioquímica de un paciente. Entre ellas se incluyen pruebas fecales de genoma completo para identificar el alcance de la disbiosis microbiana, así como pruebas vaginales de genoma completo y pruebas PCR de orina. Otras pruebas incluyen la evaluación nutricional funcional (como la prueba Nutreval/Metabolomix) que identifica las necesidades nutricionales en función de las enzimas que intervienen en las vías bioquímicas sistémicas. Pruebas de análisis de tejido capilar, pruebas de toxinas (como micotoxinas, glifosato, carga de pesticidas), pruebas funcionales de química sanguínea, pruebas de yodo. También me encanta hacer pruebas de nutrigenómica para atar las piezas que faltan a por qué algunas de sus vías están luchando para reiniciar. Todo esto proporciona pistas sobre las áreas que un paciente necesitaría para apoyar su bioquímica para restaurar la homeostasis.
El ozono se recomienda a menudo cuando un paciente necesita apoyo adicional cuando las estrategias nutricionales por sí solas no son eficaces. A menudo recomiendo a los pacientes que empiecen con insuflaciones rectales y vaginales o supositorios de ozono. Si tienen acceso a un generador, también pueden preparar agua ozonizada para beber junto con el tratamiento. Si responden bien, pueden plantearse tratamientos intravenosos. Un último recurso serÃa la aplicación directa de ozono en la vejiga, que tendrÃa que realizar un profesional sanitario cualificado y formado en la administración interna de ozono.
Creo sinceramente que con las herramientas adecuadas, la cistitis intersticial y el síndrome de dolor vesical pueden remitir en la mayoría de los pacientes. Lo he visto con mi propia población de pacientes en mi clínica. El número de intervenciones necesarias y el tiempo que se tarda en curar depende de las circunstancias únicas de cada paciente. Personalmente, he tardado entre 3 y 5 años en librarme por completo del dolor de vejiga, pero yo era un caso grave muy particular. La mayoría de las personas con un enfoque de sistemas múltiples pueden notar mejoras enseguida. La ozonoterapia es prometedora como herramienta complementaria para ayudar en el proceso y acortar los plazos.
Referencias
Cardoso CC, Carvalho JC, Ovando EC, Macedo SB, Dall'Aglio R, Ferreira LR. Action of ozonized water in preclinical inflammatory models. Pharmacol Res. 2000 Jul;42(1):51-4. doi: 10.1006/phrs.1999.0646. PMID: 10860634.
Gaby, A. R. (2009). Enfoques nutricionales para la prevención y el tratamiento de los cálculos biliares. Altern Med Rev, 14(3), 258-267.
Grover, S., Srivastava, A., Lee, R., Tewari, A. K., & Te, A. E. (2011). Papel de la inflamación en la función de la vejiga y la cistitis intersticial. Ther Adv Urol, 3(1), 19-33. doi:10.1177/1756287211398255
Loprete, F., & Vaiano, F. (2017). Uso de agua ozonizada e insuflación rectal en pacientes con disbiosis intestinal. Ozonoterapia, 2. doi:10.4081/ozone.2017.7304
Martínez-Sánchez, G., Al-Dalain, S. M., Menéndez, S., Re, L., Giuliani, A., Candelario-Jalil, E., . . . León, O. S. (2005). Eficacia terapéutica del ozono en pacientes con pie diabético. Eur J Pharmacol, 523(1-3), 151-161. doi:10.1016/j.ejphar.2005.08.020
Neri, J., Lomba, E., Karam, A., Reis, S., Marchionni, A., & Medrado, A. (2017). Influencia de la ozonoterapia en el proceso de reparación tisular: Una revisión de la literatura. JORDI - Journal of Oral Diagnosis, 2, 1-6. doi:10.5935/2525-5711.20170032
Rowen, R. J. (2018). Ozonoterapia como tratamiento primario y único para la infección bacteriana aguda: informe de un caso. Med Gas Res, 8(3), 121-124. doi:10.4103/2045-9912.241078
Turnbell, L., Mullin, Gerard, Weinstock, Leonard. (s.f.). Signos sistémicos de disfunción y enfermedad digestiva subyacente. Principios de Gastroenterología Integrativa.
Sant, G.R., Kempuraj, D., Marchand, J.E. y Theoharides, T.C. (2007) The mast cell in interstitial cystitis: role in pathophysiology and pathogenesis. Urology 69(4 Suppl): 3440.